Autoridades de la Región de Coquimbo coinciden en la urgencia de asegurar el acceso al agua potable y de fortalecer el uso eficiente del recurso en la agricultura y que, no basta con tomar conciencia: hay que actuar, y hacerlo con una visión que combine innovación, sostenibilidad y compromiso real con los territorios donde operamos.
Integrando la innovación
Por eso, tomamos un residuo altamente contaminante [aceite vegetal usado] y lo transformamos en insumos sostenibles de alto rendimiento para las industrias, que traen múltiples beneficios, que ayudan a optimizar el uso del agua en distintas aplicaciones.
Por ejemplo, en caminos rurales o interiores de predios agrícolas, a través de la aplicación de bioestabilizadores elaborados a partir de aceite reciclado, el cual permite reducir significativamente el polvo en suspensión, disminuyendo la necesidad de riego constante.
Este tipo de soluciones, simples pero efectivas, se convierten en una herramienta clave en contextos de sequía extrema.
Un compromiso con las comunidades que sostienen al país
Sabemos que detrás de cada hectárea productiva, detrás de cada faena agrícola o minera, hay personas. Familias. Comunidades que hoy ven amenazada su vida cotidiana por la falta de acceso a un recurso esencial.
Como empresa que trabaja con y para estos territorios, creemos que tenemos el deber de aportar soluciones que no solo sean técnicamente eficaces, sino también socialmente responsables, especialmente hoy, cuando lo que está en juego es mucho más que la productividad: es la calidad de vida de miles de personas.
El futuro y las decisiones valientes
El desafío del agua en Coquimbo y otras regiones del país no se resolverá solo con políticas públicas. Requiere de una acción decidida del sector empresarial, incorporando tecnologías limpias, reduciendo los impactos negativos de la operación productiva, y apostando por modelos circulares que regeneren en lugar de agotar.
Actuar con innovación y compromiso es nuestra forma de aportar a la sostenibilidad hídrica de Coquimbo.
